Identificar oportunidades de negocio: Buscar nuevos clientes y mercados para los productos dermatológicos. Presentar productos y servicios: Explicar los beneficios y características de los productos dermatológicos a clientes potenciales. Realizar ventas: Gestionar el proceso de venta, desde la cotización hasta el cierre de la misma. Seguimiento de ventas: Mantener contacto con los clientes después de la venta para asegurar su satisfacción y fidelización. Atender consultas y reclamos: Resolver dudas o problemas que puedan surgir por parte de los clientes. Negociar ofertas: Adaptar las propuestas comerciales a las necesidades de cada cliente. Comunicación efectiva: Mantener una comunicación fluida con clientes y con la empresa, actuando como puente entre ambos. Mantenimiento de la base de datos: Actualizar la información de clientes y prospectos. Asesoramiento integral: Ofrecer información detallada y personalizada sobre los productos dermatológicos.