Coordinar y motivar a todo el equipo de cocina. Fomentar el desarrollo profesional y supervisar el rendimiento del equipo. Innovar en la elaboración de platos, menús y presentaciones. Proponer soluciones originales ante problemas cotidianos en la cocina. Planificar menús y controlar la calidad de los ingredientes. Comunicarse claramente con el equipo, la dirección y los proveedores. Responder bien a situaciones imprevistas como cambios en pedidos, escasez de productos, o variación en el volumen de comensales.